El CNI declara ahora “clasificada” su relación con el ‘Pequeño Nicolás’ pese a negarla hace 7 años
En el año 2014 los servicios de Inteligencia españoles revelaron una serie de correos electrónicos para desmentir que había relación entre ellos y Francisco Nicolás
A finales de año la nueva dirección del Centro Nacional de Inteligencia se negó a responder una serie de cuestiones que calificó como “secretas”
El ‘Pequeño Nicolás’ habló por teléfono 4 veces con el CNI tras viajar a Ribadeo y ser detenido
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Durante los últimos siete años, Francisco Nicolás Gómez Iglesias se ha instalado en el imaginario popular como El Pequeño Nicolás, para algunos un joven espía al servicio de la Inteligencia Española, para otros un chaval con delirios de grandeza, un liante con habilidades sociales para parecer lo que no es, pero para casi todos Nicolás ha sido un dolor de muelas considerable para varias instituciones, incluido por supuesto el CNI. Para uno de los juicios que tiene pendientes Nicolás dos de los acusados se han dirigido a la institución que bajo el paraguas del Ministerio de Defensa ahora comanda Paz Esteban López, quien según la documentación que obra en poder de OKDIARIO, dice que hablar de Nicolás y su relación con La Casa, apelativo coloquial para hablar de la institución de espías españoles, es confidencial, pese a que en 2014 desde allí se filtraron correos electrónicos para desmontar la versión de un chico apenas mayor de edad.
Francisco Javier Sánchez y Jorge González, guardia civil adscrito a la Casa Real y policía municipal de Madrid, respectivamente, acabarán sentados antes o después en el banquillo de los acusados por haber hecho presuntamente uso de sus atribuciones policiales de manera negligente a petición de Nicolás Gómez Iglesias. Ambos agentes se valieron de sus cargos y oficios para conseguir información privada sobre números de matrículas de vehículos, titularidad de líneas telefónicas o el uso de material policial en determinados momentos protagonizados por El Pequeño Nicolás.
Uno de esos momentos culmen fue sin duda el famoso viaje a la localidad gallega de Ribadeo en el que el chico se plantó en un restaurante acompañado de escolta policial y a bordo de coches con sirenas y sistemas de audio que pertenecían a cuerpos policiales y cuyo uso no estaba autorizado. Era agosto de 2014. Este tipo de actividades ha metido a varios agentes en un grave problema del que ahora pretenden salir esgrimiendo que si hacían lo que hacían no era sólo por un sobresueldo, “lechugas y morados” que les daba Nicolás, sino porque creían que el CNI estaba detrás de todo lo que el chaval les pedía hacer.
Las preguntas al CNI
Por eso hasta el CNI han llegado cuestiones dirigidas a saber cómo y por qué el CNI sabía que ellos habían hechos consultas en las bases de datos sobre matrículas de coches a nombre de La Casa o qué agente operativo estaba detrás de estas averiguaciones. En esa línea de cuestiones la respuesta de la directora del Centro en la actualidad no sorprende. Paz Esteban firmó un documento fechado el pasado 20 de diciembre en el que se negaba a responder a esas cuestiones por tratarse de “información clasificada con el grado de secreto”. Hasta ahí nada que objetar.
De hecho, la señora Esteban hace lo propio en otro documento fechado el mismo día, en respuesta a otro de los agentes investigados, en este caso el guardia civil adscrito a la Casa Real, quien formuló al CNI muchas cuestiones sobre Francisco Nicolás.
Las consultas eran muy sencillas: ¿prestó El Pequeño Nicolás servicios para el CNI entre 2013 y 2014? ¿fue Nicolás objeto de seguimiento por parte de agentes del CNI en los meses de julio, agosto y septiembre de 2014? Y en caso afirmativo ¿qué agentes llevaron a cabo dichos seguimientos y con qué vehículos se llevaron a cabo? Y otra pregunta más para que el CNI remitiera la documentación con la que se aprobó, en caso de que sucediera, la intervención de los teléfonos de Nicolás.
La jefa de los espías ha tirado de manual y ha copiado y pegado la misma respuesta que en la cuestión anterior y hablar acerca de la relación entre Francisco Nicolás y el CNI “constituye información clasificada con el grado de secreto”. Esto pasaría desapercibido si no fuera porque constituye una flagrante contradicción con lo que hace siete años hizo su antecesor en el cargo, Félix Sanz Roldán, quien autorizó a La Casa a filtrar los correos electrónicos que a su entender demostraban que la relación entre el CNI y Francisco Nicolás no sólo no fue profesional, sino que se quedó en una primera capa de superficialidad.
Aquella historia se resume así: Nicolás acudió en 2013 a un almuerzo como invitado de un empresario del que se marchó con una tarjeta de visita en la que aparecía una dirección de correo electrónico del CNI, el de una asistente de la dirección del centro. Desde ese momento Nicolás escribió varias veces al centro hasta que en unos de los mails anunció tener que hablar de un asunto que podría interesarles. La Casa respondió: “Cuando quieras tomamos café y hablamos de ese asunto”. Según el CNI aquí empezaba y acababa su relación con el chico, algo que sólo se sabe si es cierto o no en la sede de los espías españoles pero con respuestas como “información clasificada” lo único que consigue la actual dirección es alimentar la leyenda del joven que se quiso meter a espía.
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